El paisaje a lo largo de la historia ha evolucionado conforme cambiaba la visión de la realidad. En un principio este género carecía de autonomía , solo actuaba a modo de telón de fondo sin integrarse mucho al tema central, pero para marcar esta evolución debemos hacer desde las visión oriental y desde el enfoque occidental.
Visión Oriental
El arte Oriental no evolucionó mucho conforme pasaba el tiempo, debido a las características sociales y geográficas de las diferentes culturas.
Desde las primeras dinastías las representación paisajística fue netamente ornamental y se desarrollo en mamparas de separación llamadas YAMATOE “cuadros japoneses” o en KARA-E “ cuadros chinos “. Los primeros eran decorados con paisajes de las cuatro estaciones o de los doce meses del año y con paisajes montañosos imaginarios en las segundas.
Para la representación se valían de la aguada y de trazos utilizando tintas sobre soportes de papel o de seda, evidenciando una marcada caligrafía. Las pinceladas eran variadas y dependían del autor y del estado anímico del ejecutante.
Los orientales dominaron el dibujo y el esfumato o desvanecimiento de las tintas. Utilizaron la perspectiva lineal logrando la profundidad a través del esfumato.
En algunos casos trabajaban las superficies de forma plana reemplazando el modelado por el adorno o signo, cincelando todos los detalles superficiales del objeto.
Las sombras son discretas y subrayan la redondez de la forma sin preocuparse de una fuente de luz concreta.
El arte chino, japonés, coreano e indio comprendidos en oriente supone a un espectador en movimiento y por lo tanto utiliza varios puntos de vista, en especial el arte chino y el coreano.
Estas obras al principio fueron monocromáticas y luego varias culturas la enriquecieron agregándole colores, como ser el azul y el verde con vivos toques de bermellón.
Entre la representación del arte chino y el coreano podemos citar varias diferencias que surgen como resultado a la perspectiva utilizada, mientras que la visión india busca cerrar el horizonte utilizando elementos, la china, que da valor al vacío, busca abrirlo.
En Japón la representación paisajística evidencia dos tendencias, una de dibujo fuerte, angulosos y dramático propia del norte, y otra mas blanda de formas redondeadas , de nieblas y nubes del sur.
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